De Xcalachén, como de la Rosa, sólo nos queda el nombre y cuatro chicharronerías, porque como vestigios arqueológicos en cuyos basamentos surgió un indómito rumbo del sur de Mérida, donde los hombres dirimían sus diferencias a puñetazos, yacen las ruinas de un par de cantinas, como purulentos menesterosos tendidos en aceras, sin siquiera un atisbo de lo grande que fueron.
El boxeador Ramón Cruz, el cantinero Guadalupe Ríos y el ex bracero y ex cordelero Manuel David Rodríguez Sierra se dieron a la tarea de fraguar la fama de Xcalachén desde la década de los 50, en el siglo pasado, al fundar en ese rumbo dos cantinas y una chicharronería, negocios de los que sólo uno se salvó del tiempo.
Xcalachén quiere decir “pozos gemelos” o “dos pozos juntos” que fueron construidos posiblemente durante la Colonia, aunque hay quienes señalan que estaban ahí desde tiempos prehispánicos. En la actualidad la mancha urbana desapareció los pozos y nadie sabe a ciencia cierta dónde quedaron. El viejo David sospecha que se quedaron en los terrenos que ocupa la cantina “Xcalachén”, pero su hijo cree que los pozos están ubicados dos cuadras más hacia el norte, donde hubo paredones en los que estacionaban los trucks para que los jamelgos tomaran el fresco.
Pero… ¿y qué fue de la cantina… de su gente… es cierto que eran broncudos…? Todo esto y más podrás verlos en el siguiente video.
Crédito: Rafael Gómez Chi
Con información de Contraportada México